Paracao disputará este fin de semana partidos trascendentes por el Torneo Argentino de Clubes (TAC) de vóleibol y Luciano Coto, uno de sus valuartes, considera que el plantel está listo para afrontar el reto.
“Ellos tienen jugadores de mucha experiencia, pero nosotros estamos tranquilos porque sabemos que podemos ganar”, dijo el punta-receptor, de cara a los juegos que el conjunto paranaense disputará este sábado y domingo en Buenos Aires versus San Lorenzo de Almagro y Vélez Sarsfield, respectivamente.
“El colectivo se trabaja día a día y se construye en la convivencia; luego, en el partido, se notan los resultados. Estamos preparados para todo lo que se venga, desde el principio sabemos que el objetivo es llegar a las semifinales”, dijo el fueguino, que se sumó al poder ofensivo de La Bomba a principios de diciembre último.
Refuerzo de jerarquía
En declaraciones al programa La Cábala, de radio UNER (FM 100.3), Coto explicó que decidió llegar a Paracao “porque quería ser titular” y en Ciudad de Buenos Aires –adonde juega desde 2014– no tenía esa posibilidad esta temporada.
“Aproveché la relación entre (Hernán) Ferraro y (José) Saucedo”, dijo, destacando la cercanía entre el entrenador del equipo porteño (también seleccionador nacional femenino) y el coach del Auriazul paranaense.
“Al llegar, tuve una grata primera impresión de la ciudad, mientras que relación con los muchachos fue muy buena desde el primer día, inclusive nos involucraron a sus grupos de amigos”, rememoró el fueguino.
“La gran diferencia entre la serie A1 y el Torneo Argentino de Clubes es el presupuesto. Aunque también hay disparidad en el nivel de juego, en esta categoría hay mucha exigencia”, distinguió.
Conociendo a Coto
Luciano, de 20 años, formó parte de la selección Argentina Menor y tiene un historial plenamente ligado al deporte.
“Mi viejo es preparador físico y desde chico hice todos los deportes que pude, hasta equitación. Cuando empecé la Secundaria, probé con vóley y me gustó, luego llegó la posibilidad de dar el salto a los 14 y no lo dudé”, explicó, al contar a la audiencia sobre su decisión de irse a Buenos Aires, a 2.870 kilómetros de su hogar.
“Tuve la posibilidad de estudiar y tener alojamiento, y aprender del seleccionador en el club. A los 16, ya jugaba la Liga A1, aunque solo podía viajar a mi casa durante el receso por las fiestas de fin de año”, continuó, contraponiendo beneficios y carencias.